La piel es el órgano más grande de los mamíferos, y los perros no son una excepción. Por ello, y por su contacto directo con el ambiente externo, las enfermedades de la piel de tu mascota son una de las causas más comunes por las que se recurre a los veterinarios.
La buena noticia es que la gran mayoría de las causas y consecuencias que provocan estas enfermedades son tratables y curables, dejando a tu compañero como nuevo. Sin embargo, es muy importante estar atento a los síntomas y acudir a un veterinario ante la presencia de cualquiera de ellos.
¿Cómo se debe ver la piel sana de un perro?
Primero hablemos de cómo se ve la piel sana de un perro. Para empezar, su color es uno de los rasgos más notables de una piel sana, ya que tiene una tonalidad rosácea clara o a veces negra (dependiendo de su raza).
Otro de los factores más evidentes es su pelaje. Si bien estos son muy característicos de cada raza, e incluso de cada animal, generalmente el pelaje tiene un brillo característico, más o menos intenso dependiendo del perro. Y, lo que es común en cualquier perro sano, es que su pelo se distribuye de manera uniforme por su pelo, sin huecos o parches carentes de pelo.
Tanto la piel como el pelo de tu perro actúan como protectores hacia agentes patógenos del exterior. Si bien las bacterias son una parte necesaria de la piel de tu animal (ya que estas crean una barrera protectora), las enfermedades pueden generar un desequilibrio en ellas y volverlo propenso a ciertas consecuencias, como una infección.
Síntomas que indican problemas en su piel
Los síntomas que indican problemas en la piel de tu perro son variados, pero también muy evidentes, así que no resultará difícil de notar si se presenta alguno de ellos para que lo lleves al veterinario con la mayor brevedad posible. Entre ellos podrás encontrar:
- Picazón: también llamado prurito canino, se trata del síntoma más común para detectar una afección cutánea. Podrás notarlo si ves que tu perro se rasca constantemente, por todo el cuerpo o en alguna zona específica. También puede lamerse o morderse, y a veces el picazón es tan intenso que podrían provocarse heridas.
- Piel seca, escamosa, grasienta o irritada: cualquiera de estas variaciones en la piel de tu perro puede indicar un problema en este órgano. Para notarlo es necesario observarlo con atención y palpar su piel, si notas algún cambio con respecto a cómo lo presenta normalmente llévalo a un veterinario e indícaselo.
- Enrojecimiento, inflamación y zonas calientes: A diferencia del apartado anterior, estas afecciones suelen ser localizadas en cierta área de la piel de tu perro. Es importante que lo controles poniendo especial atención en las zonas carentes de pelo (cómo el abdomen y las axilas) ya que son las zonas más sensibles de la piel.
- Pérdida de pelo: también llamada alopecia, es otro síntoma muy característico de problemas en la piel de tu perrito. Si bien un canino puede perder pelo durante todo el año, las épocas donde es más propenso a mudar su pelaje es en otoño y verano, así que si presenta caída excesiva fuera de estas épocas puede ser un síntoma de un problema dermatológico.
También es posible que la pérdida de pelo sea localizada como “parches” donde carece de pelaje. Esto es un síntoma más claro aún de una afección y es necesario que sea tratado. - Costras o erupciones: Las costras en la piel de tu perro pueden ser causadas por una herida auto provocada o por una afección en su piel, por lo que es importante prestar atención si tiene alguna molestia particular en la zona.
En cuanto a las erupciones, estas pueden ser localizadas o darse en distintas partes de la piel de tu mascota. Se sienten como una protuberancia y suelen verse enrojecidas a su alrededor. - Olor desagradable y pus: ambos síntomas son característicos de una posible infección de la piel de tu perro. Por lo que es imprescindible que, si percibís cualquiera de ellos, lo lleves inmediatamente al veterinario para que pueda examinarlo y tratarlo adecuadamente.
Tipos de enfermedades y posibles causas
Determinar las causas de las enfermedades puede ser una tarea realmente difícil ya que muchas poseen síntomas en común. Sin embargo, podemos agrupar algunas de las enfermedades más comunes en estas cuatro categorías:
- Infecciosas: suceden generalmente por el ingreso de bacterias al cuerpo. En su mayoría es causado a partir de una herida por la cual estas acceden al organismo interno.
- Parasitarias: pulgas, ácaros y garrapatas son tres de los parásitos más comunes en la piel de un canino, y pueden provocar picazón, enrojecimiento y otros síntomas más graves.
- Alergénicas: las enfermedades alergénicas pueden ser divididas en categorías, como las causadas por picaduras de insectos (como pulgas), las alimentarias (a partir del alimento que ingiere tu mascota) y las causadas por agentes externos (como el polen).
- Hongos: los hongos resultan especialmente contagiosos, a veces incluso para los humanos (como la tiña). Los efectos y causas son variados, pero se encuentran entre los anteriormente nombrados, por lo que es importante que, si notas alguno de ellos, visites inmediatamente a un veterinario para que diagnostique a tu amigo peludo.
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